"El gineceo era el lugar de la casa en que los griegos de la antigüedad recluían a sus mujeres, pero es también el órgano de reproducción femenino de las flores. De modo que el nombre que Rosa Aragone dio a su muestra, invoca lo femenino en dos de sus facetas más sensibles: la subordinación de la mujer, como arbitrariedad histórica y cultural, y la interacción de los principios masculino y femenino, como acto ineludible para garantizar la continuidad de las especies y -por extensión-, la del género humano".
Gineceo se llamó la muestra reciente en que Rosa Aragone expuso óleos, tintas y grafitos en el Museo Estevez. Con ella conversamos en el estudio de Radio Universidad de Rosario: desde las primeras líneas de su pintura, a las paletas cromáticas y los tratamientos para homenajear a la naturaleza, y a la mujer.
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