Escritas a lo largo de cinco décadas, respondiendo a toda clase de motivaciones (descriptivas, económica, incluso pasionales), las crónicas de los viajeros a través de nuestros ríos son una fuente inagotable de literatura.
Algunas ya son un clásico, y como todo clásico gozan de interesantes relecturas (por caso, el Ulrico Scmidl de Loreley El Jaber en Transatlántico: otros permanecen en «la nube» de Google Books y otros sitios, esperando que los lectores las encuentren.
Intraducible, difícil de explicar a quien no lo ha visto, el Nuevo Mundo, América, la tierra que habitamos, se convierte en un inmenso motor narrativo.
Una puerta abierta a la literatura argentina. Conversaciones con Agustín Alzari...