Si el futuro llegó hace rato ¿cómo escribir sobre el presente? Para decirlo con las palabras del autor que vamos a leer hoy: "¿Cómo trascender, cómo politizar o cómo tematizar esa idea de un futuro que ya llegó y es suave y es horrible al mismo tiempo y es confortable y es deprimente a la vez?". Y al mismo tiempo, ¿cómo hablar de todo eso desde Argentina?
Hernán Vanoli nació en la Ciudad de Buenos Aires en 1980. Iba a estudiar letras, iba a estudiar ingeniería, iba a estudiar cine; pero terminó por recalar en sociología que, según dice, le pareció "un combo bastante amable". Fue a talleres literarios, participó de la conformación del pequeño sello editorial Tamarisco y, después que Tamarisco pasara al cielo de las editoriales que, según la prerrogativa rockera, viven rápido, mueren jóvenes y dejan un cuerpo hermoso, inició junto a Lola Copacabana otro sello, Momofuku, también "pequeño", que ya lleva sus cuatro años. Además, Vanoli es uno de los editores de la revista de análisis político y cultural Crisis, en donde publica artículos y reseñas de libros, y trabaja para una consultora haciendo investigación de mercado.
Dentro de este contexto, dice, "la escritura es lo más parecido a una vocación". Publicó la colección de relatos Varadero y Habana maravillosa en 2009, la novela Pinamar en 2011, la novela corta Las mellizas del bardo en 2012 y, en 2015, la "novela larga" Cataratas.
Pero existe otro dato biográfico, no menor para acercarse a su última novela: Hernán Vanoli cursó el Doctorado en Ciencias Sociales de la UBA, fue becario del CONICET (o, en sus palabras, "beneficiario de un plan social para la burguesía"), formo parte de ese selecto grupo de científicos profesionales que dan su primer paso como parte de la élite académica nacional (o, en sus palabras, ese "conjunto social subejecutado que produce conocimiento en condiciones ultra-neoliberales").
"Fui becario durante mucho tiempo –dice– y necesitaba contarlo para poder seguir viviendo."
Catararas, el libro que vamos a leer hoy, es la novela en donde la experiencia y las reflexiones sobre la vida de CONICET de Vanoli se hacen ficción, claro, pero también la novela donde la ficción va más allá de esas reflexiones y esa experiencia concreta. La historia de un grupo de becarios y un congreso de sociología, sí, pero en un futuro indeterminado o, mejor, en una temporalidad dislocada, en donde todas las personas tienen incorporada la tecnología de conectividad cyborg de Google Iris en sus ojos y reciben notificaciones en sus uñas, donde una organización armada de nombre Surubí intenta subvertir, o no tanto, el orden social y experimenta con mutaciones de palomas con alas de mosca y hocico de gato, donde Monsanto detenta el monopolio de la producción de cannabis, etc., etc. Y todo esto, parece sugerir Vanoli según su propio método de interpretación delirante, es lo más adecuado para pensar el presente social, cultural y político, desde Argentina.
Hoy en Un largo etcétera, Hernán Vanoli o ciencia ficción y realidad política.
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