Beatriz Vignoli (Rosario, 1965) es una novelista, poetisa, periodista, traductora y crítica de arte. “Nací y vivo en Atopia, una dimensión sutil de la ciudad de Rosario, provincia de la sin fe”, dice. “Escribo poesía desde 1977 y publiqué dos libros artesanales cuando estaba todavía en el secundario”. Esos libros son “Proesía” (1979, prosa y poesía. Edición mimeografiada por el escritor Luis Ernesto Aguirre Sotomayor), y “Blues de la erosión” (1979, poesía. Edición propia).
“Después por el terror de la época tuve que parar de mostrar lo que hacía pero seguí escribiendo y no fue hasta veinte años después que volví a publicar un libro, esta vez ya con una editorial”. Se trata del libro “Almagro” publicado por la Editorial Municipal Rosario, luego de haber obtenido una mención en el concurso de poesía Felipe Aldana. “A partir de ahí vengo publicando un libro por año en poesía y narrativa”.
En 2001 apareció “Viernes” (poesía, Bajo la luna nueva) “que tuvo mucha repercusión porque ahí estaba mi poema “La Caída”, que en aquél momento de crisis para mucha gente significó muchas cosas y esto tiene que ver con lo que pienso de la poesía”, explica Vignoli.
“Yo como autora trazo un dibujo abierto y el sentido lo completa el lector. Por eso pienso que por más sentimental o personal que sea un poema si está escrito de tal forma que el lector pueda reconocerse y hacerlo propio entonces no es banal. Cuando hablo de mí caída en el 2001, año en el que tanta gente estaba cayendo, cada uno hizo suyo ese tema, esa imagen y pienso que ahí está la eficacia del poema. Fue mucho más allá de lo que yo me propuse, excedió mis intenciones y por eso sigue circulando”.
Otros de sus títulos son Bengala (2003, poesía), Itaca (2004, poesía. Junco y Capulí), Reality (2004, novela. Editorial Municipal de Rosario), Soliloquios (2007, poesía. Huesos de Jibia), Nadie sabe adónde va la noche (2007, nouvelle. Bajo la Luna), Molinari baila (2011, novela. El Ombú Bonsai) y Lo gris en el canto de las hojas (2014, poesía. Baltasara Editora). Además sus poemas aparecen en varias antologías, entre ellas Señales de la nueva poesía argentina (Llibros del Pexe, Gijón, 2004) y Los poetas interiores (Amargord, Madrid, 2006). Para este año está preparando “Luz azul” en poesía.
En el podcast que les dejamos Beatriz Vignoli nos lee sus poemas La Caida, Morir, soñar, morir de algo que nombra, y “un poema muy viejo, uno de los primero que escribí”, cuando tenía 13 años llamado Nuestros nuestro ojos lo ocultan a la vista, que quedó afuera de su segundo libro.
LA CAÍDA
Si te dicen que caí
es que caí.
Verticalmente.
Y con horizontales resultados.
Soy, del ángulo recto
solamente los lados.
Ignoro el arte monumental del sesgo,
esa torsión ornamental del héroe
que hace que su caer se luzca como un salto.
Ese rizo del mártir que, ascendiendo
se sale de la víctima
y su propio tormento sobrevuela
no es mi especialidad. Yo, cuando caigo,
caigo.
No hay parábola
ni aire, ni fuerza de sustentación.
Un resbalón: espero. Al suelo llego
por la ruta más breve.
Un alud, una piedra,
una viga a la que han dinamitado.
No hay astucias del cuerpo en mi descenso.
Se sobrevive: el fondo
del abismo es más blando
para quien no vuela, sólo cae.
Si te dicen que caí,
no vengas
a enseñarme aerodinámica revisionista.
No me cuentes de los que cayeron venciendo.
No vengas a decirme
que no crees que haya sido un accidente.
En lo único que creo es en el accidente.
Lo único que sabe hacer el universo
es derrumbarse sin ningún motivo,
es desmoronarse porque sí.