Rambla
Del puerto parte el barco en lo que tarda un cigarro
en apagarse. Busca la noche faros
para que el horizonte vista de camino. El río
cobija brisas dulces, plata
en el oleaje lejos.
Pide el susurro un poema como si fuera fácil
descubrir el alma sin aviso. Igual
carne viva en el silencio de este instante
que no vuelve. Patria,
donde el amor afinca y se queda.
Brota espuma del golpe en las piedras y espero
donde esa patria aguarda sumergida pero no quieta
en las vetas que refulgen, fija al viento.
Pero el viento pasa
y pasa.
Ribereña
Años después de vivir contra el río,
lo que fluye
persevera y purga.
Agua siempre adelante.
En la orilla se remeda todo pasado,
vuelvo al ruedo. En qué cuenco
el silencio de los ceibales.
Desde la isla resplandece
la dentadura vertical de las torres,
antes patios con jazmines.
Dónde está quien espera,
quien no olvida.
Como el río enloda los ramajes,
arrastro siempre una pena.
¿Y si busco lo que no es posible?
¿Han demolido también la casa
de los que me amaron, ya no saben
cómo encontrarme?
Falso Manhattan, la soledad era esto.
La cicatriz
Un hilo atraviesa el campo,
de poste a poste corta
el cielo con su filo. Tanza
indómita desangra el progreso
del próximo pueblo.
Noche de estrellas perfectas
a la salida de la ciudad.
Fuimos a comer lejos del ruido,
se hizo tarde sobre el negro mar
sin horizonte ni puntos cardinales.
Dónde buscar ya no el daño
sino la cicatriz.
Alicia Salinas es poeta y periodista. Nació en Rosario (Santa Fe) en 1976. “Siempre me sentí muy convocada por la escritura y por la lectura. Empecé a escribir en la infancia, mi primer poema fue a los ocho años, se lo dicté a mi maestra”, nos dice. “Después seguí escribiendo muchísimo en la adolescencia”. “Si bien no provengo de la academia de Letras, estudié en la universidad (Es Licenciada en Comunicación Social) y en la juventud continúe leyendo y escribiendo, y conociendo a poetas de carne y hueso”, a la vez que participaba de lecturas, festivales y encuentros. “La Sumergida” (2003) en la Editorial “Los Lanzallamas” -“donde muchos poetas jóvenes publicamos nuestro primer libro”- fue su primea publicación. Le siguió “Gallina Ciega” (Poesía, 2009) por Ed. Ciudad Gótica de Rosario y en 2017 “después de varias experiencias vitales como la maternidad y el teatro”, donde Salinas se desempeña desde la dramaturgia, editó Tierra. Mientras sigue escribiendo su próximo libro dice que “lo más lindo es labrar la propia voz, cosa que me va a llevar toda la vida”.
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