Entre la experimentación plástica del sonido y un desarrollo tímbrico que ensancha los ambientes hasta algunos paisajes de ensoñación bucolica,
Juampi Dicesare progresa en la construcción de su canción. Desde Mendoza a Buenos Aires y de vuelta a las montañas, el autor de
Humo (2013) reconoce cierta influencia de su madre –artista plástica- que le enseñó desde niño a “ver un cuadro”.
“Mis letras se van construyendo, mis canciones nacen de un destello, de una lucecita, de una progresión de acordes. Las palabras juntas se contagian y me llevan a otra cosa”. Ese reposo se nota también en la duración de los temas, muchos de los cuales rondan los cinco minutos.
Una formación pop/rock que avanza entre climas pulcros construyen su universo sonoro, “desde el momento en que torcí mi destino grupal para ser solista”, el músico se ha ido instalando como una de las interesante propuestas mendocinas, y luego de cinco discos es reconocido por pares y críticos. La serie de temas denominados “Andavoz” lo acompañan de sus álbumes anteriores y nombran también las giras realizadas por argentina y el exterior.
Las diez canciones de “Humo” se grabaron durante un año en Las Gracias (estudio móvil de Juampi Di Césare) y distintas casas de Ciudad, Potrerillos y Buenos Aires, con la masterización de Mario Breuer (los redondos, Charly García, Los Abuelos). “No estoy pensando en la manera de imponer una canción, pero sí pienso en que en algún momento, por acumulación, habrá una especie de retroactivo”, reflexionaba Juampi en entrevista con De Ushuaia a la Quiaca.
B.M