El cantor Hernán Lucero editó su tercer disco solista, “Lucero” (Alfiz Producciones, 2012), integrado por doce tangos canción, entre los que se hallan algunos clásicos, temas nuevos propios en colaboración con el dibujante Tute y con los poetas Enrique Estrázulas y Raimundo Rosales, y de autores como Juan Falú, Tata Cedrón e Hilda Herrera.
Luego de 15 años de acompañarse por las guitarras de la agrupación Bardos Cadeneros, con quienes edito tres discos (Tango, Suerte loca, Las líneas de tu mano), el cantante inicia otra etapa junto a las de Carlos Juárez: “Pasamos de un sonido y una forma super tradicional a una búsqueda más cercana a otras formas, como el jazz”, dijo Lucero sobre su actualidad. También se acompaña de las guitarras de Hernán Reinaudo, del cuarteto de Nicolás Ledesma, del pianista Pablo Fraguela, y de Juan Falú, Hilda Herrera y Florencia Bernales de invitados.
Lucero, Tangos y canciones criollas lo confirma en una línea que viene desarrollando desde que en el año 2000 comenzó a cantar en una escena de Buenos Aires que veía renacer un gusto por el tango de todas las épocas. En el transito del sentir del campo hacia el ritmo de la ciudad, aparece ese espacio suburbano al cual Lucero le canta. “Soy un cantor de tango, entendido el tango como música criolla. Soy un cantor del suburbio, me crié en un barrio humilde del sur del gran Buenos Aires. En ese arrabal vivían tipos de todos lados, casi ningún porteño: paraguayos, bolivianos, provincianos como mis viejos (de San Luis y San Juan), algún italiano que había peleado en la guerra. Me siento cómodo en esa condición criolla de poder entrar y salir del género sin trauma, relajadamente, de modo natural. El tango es música criolla, argentina. Tengo del tango la concepción gardeliana: música argentina, una sola con el folclore; yo agregaría el rock, aunque mi forma tenga más que ver con lo tradicional”.