El disco abre así. En
“Devorados por el fuego” la batería marca el paso y es el de
Los Álamos llegando, enseguida se suma el riff de guitarra y la banda ya está de vuelta. Después de seis años desde
“El fino arte de la venganza” (2008), al grupo nacido a principios de 2004 en Buenos Aires, no le cuesta nada entregar su sonido viajero que, veloz o ralentando, se proyecta a lo largo de
“Luces Blancas” (2014).
Folk, rock, blues, psicodelia, country, tex mex. Un combo ajustado que se logró con la banda tocando en vivo durante dos días de octubre de 2013 en los estudios El Pie, luego de haber sido compuesto en una casa durante diez días, cuando a fines de 2013 se volvieron a encontrar todos los integrantes, ya que el cantante Peter vive en Francia, y el bajista Pico en Alemania. Antes de ese encuentro los músicos se pasaron los demos y maquetas via internet.
Para este tercer disco (quinto con el que grabaron en vivo en Suiza más el EP Emboscada de 2006) la incorporación de una guitarra eléctrica a la existente en la formación, genera un sonido crudo pleno de ataques,contrapuntos y texturas rugosas. Cuando la furia descansa, la trompeta melódica o las teclas hacen levantar vuelo a estas canciones que son capaces de cruzar la frontera en calma y dejar atrás el camino polvoriento.