Julián Mourin es un joven cantautor porteño que editó recientemente su primer trabajo como solista llamado Mate de metal, una metáfora sobre aspiraciones y condiciones para ir en busca de un lugar, poder ser un eslabón en la cadena que construye una nueva canción popular, tanto argentina como latinoamericana.
Julián es un músico inquieto, atento a los nuevos sonidos y con un colchón musical mullido que va desde una adolescencia rockera hasta cierta fascinación por la música andina, la música uruguaya y la MPB. En su repertorio se puede ver ese telar, que es la historia personal de Mourin, donde se entreteje la canción popular con diversos ritmos sin descartar elementos de la música electrónica.
Mate de metal consiste en un disco solista hecho con la ayuda de muchos amigos, tanto desde las voces como desde los arreglos y la ejecución de otros instrumentos. Allí están Belén Ilé, Lucio Mantel, Ezequiel Borra, Lisandro Etala, Gabi La Malfa, Paola Gamberale, Gabriela Duarte, Sofía Urruti, Julián Minckas en voces; Chitrili: percusión, José Soba: voces y guitarras, Pato GR: percusión, Gato Perez: percusión, Juan Brusse: bombo y platillo de murga porteña, Lautaro Feldman: flauta traversa, y Mauro Carrero: guitarras, entre otros.
“En el camino de la música vas conociendo músicos, vas haciendo amistades, vas compartiendo muchas cosas con otras personas y está bueno plasmarlo en un disco como un registro que dura para siempre de aquellos encuentros”, comentó Mourin a De Ushuaia a la Quiaca. Con su primer disco el músico ofrece un trabajo riguroso sobre la canción, ese resguardo que encontró una nueva generación de cancionistas con la intención de sumar a lo popular una forma más de abordaje.