El próximo sábado 16 de julio toca en Berlín Axel Krygier. El multi-instrumentista, compositor y productor que participó de bandas como La Portuaria y Soda Stereo se presenta por primera vez como solista en la ciudad de Rosario. En charla con La Canción del País habla de sus primeras grabaciones, del set que armó para el show del sábado y de cómo lo acomplejó que en el 87 Luca Prodan lo elogiara por la radio y lo invitara a tocar al Paracultural.
Trae bajo el brazo cinco discos con su nombre en la tapa –Hombre de piedra el último, de 2015– y una reputación que lo antecede: la de ser dueño de un estilo personal, a caballo entre la experimentación instrumental y la canción, tan sofisticado e intelectual como delirante y chistoso. Sin embargo, una de las primeras cosas que nos dice Axel Krygier antes de su presentación en Berlín es esta: "me gusta que haya dudas sobre uno, si conocés todo de antemano no hay emoción". La duda como programa: una música tan impredecible y asombrosa que a la vuelta de cada estrofa esconda una sorpresa.
"Es una cuestión de empatía", apunta también sobre la relación con el público en cada show. "Hay que lograr empatía hasta cuando vas al almacén. O sea, no es cuestión de ir e imponer lo propio y ser medio sordo. Yo creo que el concierto del sábado va a ser ciertamente íntimo en un punto, como lo son en general mis shows, aunque haya muchas personas el clima que se intenta generar es el de "estoy ahí CON la gente", no es una imposición. Y si es una imposición, como en un festival o lo que fuera, también busco lo mismo".
¿Cómo vas tanteando el clima para ver si generás buena onda o no?
Es lo más divertido. Que haya dudas sobre uno. Si todo está sabido de antemano no hay emoción. Es cuestión de conectar. La conexión es lo más vital.
Te referís al show que se viene como algo íntimo y climático, pero además me decías fuera de aire que la propuesta es bastante movediza y bailarina. ¿Cómo lo planteás?
El set que voy a hacer es de samplers y órgano. El piano, que tiene sus propios sonidos, más un montón de sonidos que están en la compu. Es un sampler con muchos canales. Entonces cada tecla del teclado puedo contener un sonido completamente distinto. Si vos intentás tocar ese teclado sale ruido, está preparado para tocar estos temas.
¿Vos ya tenés preseteado en cada una de las teclas cada instrumento que grabaste en cada canción? ¿Cómo te acordás después dónde está cada cosa?
Y eso es lo divertido. Y más divertido aún es cuando no te acordás. Se nota en ese instante que las cosas están siendo hechas. Si no hay error por ahí tampoco te das cuenta de qué es lo que estoy haciendo a menos que vengás al lado mío y me mires las manos. El asunto es que yo lo controlo de un modo que tiene una intencionalidad, que hace que se entienda lo que estoy haciendo. Yo toco cada compás y cada percusión con un dedo, si yo no toco no suena.
Ah, no es que te armás un combo de dos o tres instrumentos.
No, son varias capas y en una capa puede estar el bajo y en otra la batería, pero en cada tecla tengo algo distinto. Por ejemplo, en el fa puedo tener un bombo y en el la bemol un redo más el hi-hat que le sigue. Entonces se arma como pum-chatch-pum-chatch-pum. Y eso más el bajo me da la posibilidad de hacer: pum-chatchbom-pum-chatchbom-pum... Por ejemplo.
Claro, pero eso habla un poco de tu música. Porque uno escucha tus discos y se da cuenta cómo aparecen distintas capas, de distintos instrumentos. Y más allá de una idea general de canción que está presente en este último disco, se ve cómo se van sumando timbres en un mismo tema, que es algo muy representativo de tu música.
Sí, lo tímbrico es vital en este show. Es la parte central en algún punto. También me gusta a veces quebrar con ese tipo de presentación y hago algo más acústico con piano. Cuando ya lo electrónico y los arreglos están bien digeridos y aprendidos, después lo llevás al piano y podés hacer de mejor manera la abstracción de esos instrumentos en un sonido puro como el de ese instrumento. O sea, habiendo pasado por esa instancia, ya después conocés mejor tus temas y los podés hacer con el piano de un modo efectivo. Eso lo hacemos la próxima.
De hecho, según decís en otra entrevista, vos no te considerás un cancionista sino un bicho tímbrico.
Eso se usó como título y entonces queda fuerte la frase. Pero es cierto. La parte tímbrica siempre me inquietó porque no sabiendo cómo dirigir una banda en mis comienzos me aboqué a la grabación casera en cuatro pistas de casete. Y para que los temas fueran atractivos no podía tocar solamente la flauta que era mi instrumento en ese momento. Empecé a incorporar otros instrumentos que tenía en mi casa, porque ensayábamos ahí con un grupo de proyección folklórica, y me habían ido quedando cosas. De ahí avancé en el acopio de instrumentos para poder hacer temas yo solo. Grabar el bajo, grabar una percusión, que la hacía con la estufa...
¿Eso fue a fines de los ´80?
Eso fue en el 87. A partir del 87, a mis 18 años, empecé a hacerlo profesionalmente. Los temas que había grabado sirvieron para que un grupo de clowns que se llamaba El Club del Clown, donde estaban algunos clowns míticos del underground trash de Buenos Aires, los usara de música incidental. Y ahí seguí haciendo música para danza, etc. Y siempre grabando en casa, intentando tener variedad tímbrica, porque no puedo construir algo solo con una guitarra o con un piano, no soy ese tipo de músico, eso sería más un cancionista. Yo me las tuve que arreglar superponiendo timbres. Y así me abiché.
Ahora que me llevás a fines de los 80 te voy a hacer escuchar un audio del 87 que encontré por ahí...
LUCA PRODAN: Si, no hay mucho que me guste. Hay un chico acá que no es conocido para nada. Se llama Axel. El toca el saxófono en Instrucción Cívica. Pero en su casa hace cosas con teclados y batería electrónica que no son blanditas e insignificantes como Los Encargados. Son cosas con humor y bueno. Buenas cosas, muy buenas. Ese tipo seguro que va a llegar a ser más famoso. Axel. Él me parece nunca tocó en vivo, pero yo estuve en un programa de radio donde estaba él y ahí pasó unas cosas, unos demos, y me parecieron buenísimos. Me parece que Axel va a llegar. Y encima es un súper buen tipo, que para mí es más importante que la música que hace.
Ahí estaba...Luca Prodan. ¿Y el dónde te conoció? ¿Cómo se dio esa relación?
Es muy extraño... La verdad es que a mí me acomplejó un poco. El hecho de que alguien hable bien de vos te genera una presión. Yo soy más bien de carácter tímido en ese sentido. O lo era por lo menos. Así que seguí haciendo las cosas sin demasiado autobombo.
"llevé las cosas a lo de Tom Lupo y estaba Luca. Era tarde. Luca se copó y le pidió a Tom que le preguntara qué le había parecido, un momento muy gracioso. Después volví al programa de Tom, para llevar a un amigo, y estaba Luca también (...) Y después del programa nos invitan a la casa y vamos a la casa. Y después de ahí me invitan a una fiesta y voy a la fiesta. Y Luca me invita a tocar al otro día al Paracultural. Con una banda cuyo nombre era Todos Tus Trolos. Y tocamos, fue un momento increible"
¿Dónde te lo cruzaste a Luca y dónde él escuchó tu música?
Yo cuando empecé a hacer esos temitas en la portaestudio me pareció divertido mostrarlas en la radio en el programa de Tom Lupo, un programa que yo escuchaba. Porque eran tiempos de radio esos 80. Había programas que eran impresionantes. Y el Tom Lupo Show era realmente espeluznante. Así que dije "bueno, voy a llevar el demo de mi banda". Que no tenía. Yo tocaba con bandas pero no tenía la mía propia, yo era saxofonista, como bien dijo el amigo. Y eso me pareció a mí como algo un poquito descabellado. Me causaba un placer interno bastante morboso. No sabía si era radiable. Porque eran canciones muy picarescas y poco entendibles. Pero estaban en tiempo, digamos, hoy las escucho y esas baterías electrónicas, una CASIO RZ-1, un KORG Poli 800, son instrumentos que hoy son de culto. En ese momento había grandes músicos dando vuelta y existía una colaboración aunque sea tácita entre muchos músicos jóvenes. Así que llevé las cosas a lo de Tom Lupo y estaba Luca. Era tarde. Luca se copó y le pidió a Tom que le preguntara qué le había parecido, un momento muy gracioso. Después volví al programa de Tom, para llevar a un amigo, y estaba Luca también, con el Colorado, en cuya casa vivía Luca. Y después del programa nos invitan a la casa y vamos a la casa. Y después de ahí me invitan a una fiesta y voy a la fiesta. Y Luca me invita a tocar al otro día al Paracultural. Con una banda cuyo nombre era Todos Tus Trolos. Y tocamos, fue un momento increible. Y de ahí nunca más volví a verlo. Porque se fue a Córdoba... Pero bueno está Andrea Prodan, su hermano, que continua el legado de los Prodan acá, un tipo increíble que hay que seguir.
Volviendo a la música que hacías vos: ¿tocabas la flauta en un grupo de folklore hippón o de proyección, no?
Sí, no era hippon. La época era hippona. El grupo era más jazzístico, y fue una gran escuela. Adoro el folklore y ahí conocí un poco más. Aunque me gusta el folklore más tradicional a mí. Bah, de ahí saco muchas cosas. Del otro no me gusta, por lo menos lo que llegó en ese momento, esa pretensiosidad en los arreglos y un discurso completamente excesivo. No soy para nada partidario del folklore de proyección, de esos tiempos por lo menos. Sí me gusta el folklore, mucho. Y a veces sale. No me molesta que se lo mezcle, no es que sea tradicionalista en ese sentido, me encanta que se lo mezcle. Pero esa mezcla particularmente no es la que más me agrada.
¿Qué nombres te interesan por ejemplo?
Y, Eduardo Ávila. Es un santiagueño. Me gustan mucho los Hermanos Ábalos. Modernismo sin esa pretensiosidad. Impresionante.
Bueno, después de ahí pasaste por una banda con Kevin Johansen, Instrucción Cívica. Y después en los 90 tuviste un paso por La Portuaria hasta arrancar con tu carrera solista que con Hombre de piedra llega al quinto disco.
Sí, llamarlo carrera es... es una trayectoria muy fragmentaria. Fui encontrando, más bien. Según mi sentir, mi última banda fue una gran banda y me gusta este set que estoy haciendo. Empiezo a estar feliz de mi vivo o de mi vida como intérprete desde hace no tantos años.
Pero para los que seguimos todos tus discos hay una idea global de tus búsquedas, de tu estética. De hecho te premiaron con el premio Konex.
Sí, me gané un Konex de platino en el rubro fusión instrumental. Justo está ese estilo del que hablábamos, el folklore de fusión, etc. No me identifico mucho con eso. Aunque en parte puede ser porque no fui por esos lados. Me encanta, me fascina cómo dominan sus instrumentos esa gente. Pero bueno, le dieron cabida a otra interpretación de ese rubro y ahí entro. Y sí, ponele, lo que hago es fusión. Y respecto a los discos, yo sigo grabando cosas. Hay muchísimo no editado y está colgado por ahí en SounCloud y muchísimo que aún no está colgado. De a poco me voy organizando. Creo que los discos, así en CD, ya no van a seguir saliendo.
Pero más allá del formato, podés grabar un disco virtual, ¿no?
Sí, ya se viene pronto uno. Y escucharán en Rosario los temas nuevos que estoy haciendo. Me bajarán o subirán el pulgar.
Escuchá la entrevista en la radio!