El último disco de La Bruja Salguero, “Caja de Luna”, es un trabajo fuertemente enraizado a su tierra natal y con múltiples conexiones a ese lugar que dejó hace unos años para vivir en Buenos Aires. Con el guitarrista Ernesto Snajer como arreglador y ladero en la producción sonora, la cantante abrevó en un repertorio de “nuevos compositores que están dando al folklore y renovándolo”, más algunas piezas clásicas.
Las canciones de Ramiro González, Naya Ledesma, Juan Arabel, Néstor Soria - Topo Encinar, y Fernando Barrientos - Raúl Orozco, se suceden con las de Raúl Carnota, Chacho Hunicken, Manuel J. Castilla - Eduardo Falú y Pancho Cabral. Acompañadas en el arte gráfico por fotografías alusivas, pintan historias que mucho tienen que ver con la La Fiesta de la Chaya, esa celebración que durante cada febrero se renueva en La Rioja. Ya En la tapa se la ve a la cantante envuelta en “una colchita que es un tejido artesanal de tejedoras de la localidad de Chamical”, mientras que su caja chayera “es de Tona Páez de Chilecito, una cantora de vidalas que crea sus propias cajas”.
“Nuestra música característica es la Vidala Chayera y tiene que ver, sin duda, con esa fiesta que se vive en el mes de febrero. Este disco tiene mucha carga de riojanidad. Yo estoy viviendo en Bs As, una ciudad muy movidita culturalmente y en todo sentido, y uno se mambea un poco… Entonces en este disco, como en Flor de Retama (anterior), sentía la necesidad de hacer un cable a tierra y de cantar, pero desde mi provincia, y dar a conocer esa cultura. Yo notaba que acá, en capital, el folklore estaba más ligado a otras zonas, y la riojana estaba un poco relegada, así que decidí “ponerme la bandera”, explicaba la Bruja telefónicamente.
Si bien la cantante cuenta que necesitó enbanderarse evocando su color natal, fue a la par de Snajer con quien buscó universalizar su mensaje. “Ya con el disco arreglado por Daniel Homer me gustó la universalidad que le dio al sonido del folklore y de mi provincia… y es como que “me he endulzao”. Además las vidalas chayeras me sonaban con mucha fuerza, mucha garra, entonces dije “qué pasa si llego al limite entre lo considerado tradicional y la proyección”. Entonces decidí buscar a Ernesto Snajer. Yo había escuchado sus trabajos, sobre todo las fusiones que hizo con Liliana Herrero y con Verónica Condomí. Y me gustó muchísimo pero me daba un poquito de miedo porque vaya a saber uno su cabeza loca para dónde iba a volar…Nos sentamos mucho tiempo, fueron como nueve meses, primero a pensar en el repertorio, hubo filtros de parte de los dos, y a la hora de empezar a indagar en los movimientos que le íbamos a dar a lo rítmico y armónico, fue muy importante que él conociera el ritmo básico de la Vidala Chayera, las estructuras que están en las zambas, en la chayas, como para que no se rompieran esos esquemas que yo (remarca la o) no permitía que se rompan.
Le cortabas los dedos antes…(risas)
Nooo, no tanto. Yo le decía ”yo soy profesora de danzas folklóricas entonces necesito que gente amiga pueda bailar una zamba”. Intentemos respetar esos compases… ahí íbamos en ese consenso. Excepto la “Zambita vieja” de Ramiro que no tiene introducción, fue un arreglo de él que me pareció fantástico. Pero no fue un tire y afloje, sino un conocernos y enriquecernos. Sin duda alguna la experiencia que tuve con él fue fantástica. Y creo que con cada persona que se acerca a uno es un enriquecimiento para toda la vida. Eso me pasó con todos los músicos que grabé.
En el caso de su sexto disco de estudio además de Snajer (Guitarras y dirección musical), participaron Liliana Herrero como invitada especial en “El otro camino” de Raúl Carnota, Guido Martínez (bajo), Mariano Cantero (percusión), Mariano Delgado (guitarra y arreglos de 2 obras), Ramón Córdoba (guitarra), Víctor Carrión (vientos), Horacio Cacoliris (percusión), Pablo Budini (guitarra) y Paulina Torres (coros), más Sebastián Perkal, a cargo de la grabación. Sobre la cantante entrerriana la Bruja dijo: “Es un referente para muchas que venimos por atrás. Y sobre todo poniéndole mucho valor a lo que es su propuesta artística que es un poco más jugada. Y hay que aceptarla porque es parte de todo. Y la cultura de folklore se tiene que ir modificado para dar satisfacciones espirituales”.
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