Daniel Melingo nos atiende el teléfono desde Mendoza un jueves soleado e “inmejorable” para charlar sobre su último disco “Linyera”. Ahí arrancó la gira nacional que lo tuvo también ayer en Córdoba y esta noche a las 21.30 hs lo traerá al escenario de Plataforma Lavarden de nuestra ciudad.
De memoria, a raíz de tanto repetirlo en las entrevistas, cuenta que después siguen El Palomar (24), La Plata (25), Santa Fe (4 de mayo) y Montevideo (13 de mayo). Al otro día, el "Linyera Tour 2015" que comenzó en agosto del año pasado en Buenos Aires y se trasladó a distintos escenarios europeos, volverá el viejo continente para tocar en Francia, Italia. Noruega y Ámsterdam.
Por lo visto, este trajinar del linyera que el músico eligió como concepto metafórico para su álbum, se hace realidad en estos días de viajes constantes entre autos, ciudades, aviones y públicos internacionales.
Claro que aquel peregrino que llegó desde Italia a comienzos del siglo XX para trabajar de lo que pudiera, y que recibió su nombre por la “linghera” (el atado de ropa) que se echaba al hombro, viajaba escondido en los trenes. En 1920, una resolución del gobernador de la Provincia de Buenos Aires, José Camilo Crotto, dispuso que “dos braseros viajarán gratuitamente en cada vagón de los trenes de carga del ámbito provincial”. Aun así, cuando los trabajadores del ferrocarril enganchaban a uno de estos linyeras les decían en forma despectiva: “Dale nomás, seguí así que vos viajas por Crotto” (en alusión al promulgador de la ley).
“Ese linyera es un personaje que nos dejó caminar el álbum, esta bolsa con doce canciones que vamos mostrando en diferentes latitudes”, explica Melingo. “Cada vez se van a haciendo más sustanciosas (las canciones), a lo largo de mostrarlas antes los distintos públicos, que es el lugar donde terminan”. Y sobre esos “personajes errantes” sigue: “Eran trabajadores golondrinas y buscadores de la libertad, de su propio camino. Fue un personaje emblemático que no está acompañando en este camino”.
AMPLITUD ESTETICA: 38 AÑOS DE MÚSICA
Multiinstrumentista (toca saxofón, guitarra, clarinete), Melingo se formó en el Conservatorio Municipal Manuel de Falla y en la Pontificia Universidad Católica Argentina. Entre los años 1975 y 1980 acompañó al músico brasileño Milton Nascimento, para grabar luego (tocando clarinete) por primera vez en su vida en un disco de fusión de 1977 de Ricardo Galfarra junto a Domingo Cura y Bernardo Baraj.
Enseguida llegaron Fontova trio, La Fuente, y los emblemáticos Abuelos de la Nada y Los Twist comenzados los ochentas. En esa época también fue parte de la banda de Charly García a partir de la presentación del disco Yendo de la cama al living. A fines de esa década y ya en España, siguió experimentando con Lions in Love.
Otra forma de libertad. Melingo interpreta La cancion del linyera en París y la engancha con "De nada sirve" de Moris.
A partir de 1997 Melingo se volcó de lleno al tango, primero conduciendo el programa "Mala Yunta", en el que músicos de rock interpretaban tangos, y después en su disografia. En ese universo empezaría a editar Tangos bajos (1998), Ufa (2003), Santa milonga (2004), Maldito tango (2007), Corazón y Hueso (2011) y el actual Linyera (2014).
Este periplo de alrededor de 38 años hizo que Melingo se sirviera de las más variadas escenas y estéticas. Habiendo filtrado esa información para depositarla en el tango, su reciente disco no abandona la pretensión de hacer converger en sus versiones y canciones propias, distintas atmosferas de la música argentina y del mundo. Tango, blues, jazz, bolero, música litoraleña y bossa nova se suceden interpretadas por un grupo que homogeniza a la vez que disuelve las fronteras. Alejandro Terán, Juan Ravioli, Axel Krygier, Miguel Zabaleta y Jaime Torres y Skay Beilinson de invitados son algunos de los músicos que tocan en el álbum. Una de las novedades en la paleta sonora en relación a sus discos anteriores es la presencia notoria del piano a cargo de Pepo Onetto.
"La música es mi templo, siempre hay momentos más duros, es una profesión inestable, pero los músicos nos construimos espiritualmente gracias a la música, después seremos profesionales, pero hay un planteamiento filosófico o espiritual"
Coproducido por Rodrigo Guerra y grabado en los emblemáticos estudios Ion durante más de cinco meses, la “materia sonora” de Linyera" se fue haciendo entre “los productores, los ingenieros de sonido, y los músicos”.
“Voy escribiendo las canciones y le vamos dando forma en esa gran cocina que es el estudio. Lleva bastante tiempo hacer, maquetar, descartar, volver a maquetar. La canción ya está compuesta pero lleva bastante tiempo la forma que va tomando su vestimenta, su instrumentación, la manera de sonar una con otro, porque lo que le da concepto es la amistad entre una canción con la otra, el ritmo, la temática y la tímbrica”, explicaba el músico.
Con una carrera tan larga y con los vaivenes que conlleva ¿siempre pudiste disfrutar de lo que estabas haciendo del arte o a veces se te hizo cuesta arriba, el arte jugo malas pasadas?
Mira, la música es mi templo, siempre hay momentos más duros, es una profesión inestable, pero los músicos nos construimos espiritualmente gracias a la música, después seremos profesionales, pero hay un planteamiento filosófico o espiritual. Los que elegimos esta profesión la elegimos porque nos gustó, y es un agradecimiento contante.
EN EL CINE, LAS OTRAS CARAS DEL CANTOR DE TANGOS.
Para seguir adelante explorando nuevos desafíos, Daniel Melingo se ha zambullido en proyectos cinematográficos que lo tienen lleno de agradecimiento. En dos películas encarnó personajes de ficción (“Una noche sin luna”, ópera prima del uruguayo Germán Tejeira y Lulú, de Luis Ortega) mientras que en el documental “Su realidad” de Mariano Galperín lo que se narra es el “retrato nómade de Daniel Melingo. “Con algo de road movie en banda, donde el trovador errante le pone ritmo a un camino de desvíos constantes y sonantes, con una calle Corrientes que puede ser una estación europea”, adelante la sinopsis.
En “Una noche sin luna”, ópera prima del uruguayo Germán Tejeira estrenada en 2014 -cuyo título sale de una canción de Melingo-, el cantante “encarna a un músico uruguayo de folclore que está preso desde 10 diez años y pide permiso para ir a tocar en la noche de fin de año a su pueblo natal, en el interior. Pero sucede que nadie se acuerda de él y todos están confundidos y borrachos. Se corta la luz. Y él pasa sin pena ni gloria y decide no regresar a la cárcel”.
La otra película en la que actúa es Lulú, de Luis Ortega. Allí Melingo interpreta “a un camionero que transporta el sebo y los huesos que se recogen en las carnicerías y con los que después se fabrican jabones”. Este film está recorriendo la etapa de festivales internacionales y se verá en Argentina el 22 de abril en el BAFICI.
“La generosidad de estos directores y escritores que hicieron estos papeles para mí, la verdad que me hicieron sentir altamente cómodo en un terreo que yo no había transitado y gracias a eso lo puedo contar como una bisara”, comenta Melingo.
El film de Galperin con guion de Sergio Bizzio -Mejor Largometraje Argentino en el 29º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata-, es “una película surrealista en blanco y negro donde hago de mí mismo durante la gira europea de presentación de 'Linyera', que cuenta con la participación de Andrés Calamaro, Luis Ortega y Miguel Zabalet. Es una película sobre mis influencias, mis gustos personales, las vivencias del viaje durante la gira, con un aire de picaresca, un tono lisérgico, y una forma de road-movie con muchas escenas en trenes y aviones”, afirmó Melingo.
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