El compositor, cantante y guitarrista Edgardo Cardozo conversó en La Canción del Pais sobre su presente musical. El ex integrante de Puente Celeste se refirió a sus procesos creativos, la experiencia con sus compañeros de Puente, y entregó reflexiones acerca de componer según estímulos profundos que hay que saber escuchar.
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Hace cinco años Edgardo Cardozo se mudaba con su familia desde su Buenos Aires natal a Castelar, al oeste del Conurbano Bonaerense. Un cambio, dice, que en aquel momento se le presentó como necesario y que ahora piensa como una transición, una parada intermedia antes de instalarse "más adentro". Con esas palabras se refiere a la distancia que busca mantener con los grandes centros urbanos. "Me gustaría invitar a las personas a que vengan, a que salgan, a que les pase lo mismo que me pasó a mí, que cuando la naturaleza te toca surgen nuevas voces."
Cuenta Cardozo en el texto que acompaña su última producción discográfica Seis de copas que el día de aquella mudanza, mientras cargaba las cosas en el flete, encontró en la vereda, justo en la puerta de la casa que estaba por abandonar, un naipe boca abajo. Un impulso muy fuerte, dice, lo llevó a señalarlo y exclamar en voz alta "Seis de copas". Y era nomás, su familia es testigo, de ahí el nombre de su último disco editado en 2012.
No sabemos qué irá a pasar cuando Edgardo Cardozo se vaya "más adentro", no sabemos si su música va a registrar o no ese cambio, pero sí se puede decir que el lugar donde se afincó hace cinco años y la carta que encontró el día de la mudanza hablan de las canciones que compuso hasta ahora. Porque Castelar ocupa un espacio intermedio entre la ciudad y el campo, es el reflejo del fuerte proceso de urbanización de las regiones rurales adyacentes a Buenos Aires durante el siglo XX, y la música de Cardozo parece replicar ese proceso para situarse en algún lugar entre la tradición folklórica y la canción urbana.
Pero además, según cuenta él mismo, si uno busca el significado del 6 de copas en Google, se va a enterar que la carta nos conduce al pasado. Escribe: "No se considera como el típico aferramiento nostálgico a los tiempos pasados, sino como una experiencia enriquecedora que nos anima a retomar viejos temas y tratar de llevarlos finalmente a término. Esta carta representa el pasado y su influencia. Infancia, recuerdos, anhelos, pasiones, nostalgias." Cardozo parece hablar desde una perspectiva íntima, pero además, se haya o no dado cuenta, la explicación representa muy bien el lugar de sus composiciones dentro de la tradición de la música popular: una reelaboración compleja, sincera y personal de viejos temas del pasado que se transforman hasta dar forma a algo nuevo, el presente, un arcano mayor. Lo que sigue es parte de la charla que mantuvimos con él.
Puente Celeste.
"La propuesta surgió de Santiago, que es un tipo muy inquieto, que siempre está haciendo cosas, y a él se le ocurrió juntar un colectivo de compositores y músicos para ver qué pasaba, sin ningún objetivo, y surgió eso. El primer disco (Pasando el mar, 2002) fue un poco grabado individualmente, no tocamos juntos sino hasta después de haberlo grabado. Y ya el proceso de Mañana domingo, fue un proceso fuerte y creativo donde ensayamos muchísimo y donde nos conocimos y pasó algo muy fuerte. Una explosión de energía. Algo pasaba, muy fuerte, en el escenario, en los ensayos... fue un germen muy lindo, de mucho aprendizaje, de taller, porque nos juntábamos a investigar, a hacer juegos, a probar músicas, descartamos muchísimo.... Descartamos un disco entero una vez. Lo tiramos, dijimos no, no es, vamos de nuevo. Algunas canciones que regrabamos y algunas que nunca volvimos a grabar. Era a cara de perro con la cuestión artística."
"Puente fue una cosa muy vocacional, muy de amor al arte. Necesitábamos apoyarnos en las cuestiones de trabajo, que cada uno tiene que encauzar. Porque está buenísimo, pero también hay que asegurar las cosas. Los procesos son difíciles cuando un grupo se torna prestigioso pero no se lo contrata. Nosotros tuvimos mucho prestigio en su momento de parte de la gente y la crítica, pero no nos contrataban. Es difícil sostener algo así. Estaba, me parece, desproporcionado el nivel de factura, que era muy artesanal, con mucho detalle, con mucha dedicación, y el retorno. Tal vez es algo que no se valora mucho, o hay poca gente que lo valora. Pero creo que de alguna manera le dimos permiso a otra gente, más joven, para animarse a hacer lo que no está en las bateas, lo que no se puede definir con claridad, hacer música instrumental, cantada e improvisada así, con libertad."
La raíz de las canciones
"Como compositor de a poco voy llegando a un punto en que la canción se torna autónoma y empieza a demandar lo que quiere, a veces quiere mucho y a veces quiere poco. Entonces todo el oficio que fui armando, que me costó mucho tiempo y laburo conseguirlo, ahora tengo que desarmarlo. Tengo que empezar a desarmar ese oficio porque a veces la canción me pide ir en contra del oficio, no defenderme, no querer quedar bien parado: 'tocá poco, hacé lo escencial'. Y otras todo lo contrario, te dice 'vos para abordar esta canción vas a tener que sentarte y laburar como un preso, mucho, muchas horas'."
"La raíz de las canciones, generalmente, tiene un embrión técnico. Alguna anécdota técnica, tanto en lo vocal como en la guitarra. Un motivo o un desafío técnico a resolver. Muchas de estas canciones me llevaron un montón de tiempo, porque primero tuve que resolver cuestiones de la técnica muy arduas para después fluir con el canto y la palabra."
"Yo pienso que hay un trasfondo de experiencia en mis canciones, que eso es tal vez la trastienda, lo que le da a la canción un cuerpo, una solidez. Hay algo detrás. Aunque no esté contado, al tipo le pasaron cosas, y están ahí atrás. Si yo las narrara tal cual tal vez el que escucha no podría identificarse, en cambio así como está cada uno puede tomarlo para sí mismo, tomar eso que está sonando y empatarlo con algo interno de él."
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