Entrevista a Augusto Pérez Guarnieri

Entrevistas
5 de noviembre de 2012

Ubafu se titula el último libro de Augusto Pérez Guarnieri, docente, músico y etnomusicólogo oriundo de La Plata que anduvo de visita por Rosario en el marco del Festival Rosario Repercute, organizado por la agrupación Tocolobombo. Ubafu significa poder negro y es una palabra de origen garífuna, una etnia negra que habita las costas pacíficas de Centroamérica. Una etnia negra y con poder.


 
No cuenta la historia que en barcos negreros trajeron miles de esclavos africanos hasta América durante el periodo esclavista, que comenzó en 1518 y se extendió hasta fines del siglo XIX. No cuenta aún más, que en uno de esos barcos sucedió una revolución y que los prisioneros se organizaron y se sublevaron, tomando el mando de la embarcación. Que decidieron anclar en la isla de San Vicente, frente a Venezuela, y que allí se quedaron y se mezclaron. Con otras pieles, otros ritmos y otras lenguas.  Aquella isla se convirtió entonces en la meca, un reducto de libertad. Aquella isla era auténtico poder negro. En ese barco viajaban quienes hoy los Garífunas recuerdan como sus abuelos.

Pérez Guarnieri se topó un día con la historia de los Garífunas mientras estaba buscando otra cosa. Al fin de cuentas, buscar también es la posibilidad de encontrarse con algo que no se estaba buscando. Decidió viajar.  Cuando llegó a territorio garífuna, confirmó –porque seguramente ya lo sospechaba- que el mundo era más grande de lo que creía y se lanzó a explorarlo. Iba con lo suyo, la música.


- Ubafu es tu último libro, ¿no?

Sí, y el formato del libro es totalmente diferente a otras cosas que estuve trabajando. Los primeros trabajos que estuve haciendo estaban mas vinculados con aspectos didácticos de las músicas afro centradas y en búsqueda de materiales para llevar a las aulas me encontré con esta maravillosa historia de los Garífuna, invisibilizada como tantas otras historias vinculadas a los afrodescendientes. El formato es el de crónica de viaje, con la idea de que el lector me vaya acompañando a mi en el viaje y vaya transitando los momentos y sentimientos que fueron ocurriendo en mi a medida que descubría esa cultura maravillosa.

- Contanos sobre los Garífunas, ¿cómo los entendemos en su contexto?

Los Garífunas nacen como una mezcla entre africanos que estuvieron esclavizados durante lo que duró la travesía en el barco hasta que se revelaron y después quedan libres en una isla, se encuentran con aborígenes, se mezclan y esa mezcla es como una alianza contra el hombre blanco, del conquistador. Luego de mucha lucha, los ingleses fueron forzados a firmar un acuerdo de paz con negros -imagínate lo que fue eso para el orgullo inglés- porque estaban conviviendo en la misma isla con negros esclavizados que trabajaban en las plantaciones de caña de azúcar y estos negros Garífunas que andaban libres por ahí. De alguna manera esa isla, San Vicente, frente a Venezuela,  se transformó como una meca de la libertad, donde todos los cimarrones, que eran los negros que se escapaban de las plantaciones buscaban eso como la salvación.



Estamos hablando de una época donde todavía existía la esclavitud y ellos construyeron esa isla como un reducto de libertad…

Sí. No es el único caso, tenemos el Quilombo de Palmares en Brasil, el palenque de San Basilio, pero son todas historias muy aisladas, pero que  tienen que ver con algo lógico, por lo que significó la esclavización del continente africano y la llegada de estos muchachos a la tierra, obviamente que lo primero que querés es organizarte y escaparte, pese a  que la historia siempre pone a los negros como personas sonrientes que comen bananas cual chimpancés obviamente que por una cuestión de dignidad ellos se organizaron, y en ese caso de los Garífunas se convirtieron en grandes guerreros.

- Se defendía esa postura guerreando...

Si, claro. Ellos resistían, de hecho hay una danza que pude registrar con audio, que se llama guanargua, es una danza donde los hombres se disfrazan de mujeres, cansados de que los ingleses vengan a violar a sus mujeres, y cuando llegan  los ingleses atraídos por esta música, y el movimiento acrobático de estos hombres, es una danza muy difícil, demuestran sus verdaderas intenciones, armas en mano y los empiezan a matar. Es un ritmo muy interesante, es rarísimo, que es lo más interesante de esta música, que tiene una calve mestiza. Ahí tenés dos tambores que se llamaban garaones, maracas, caparazones de tortuga que se percute con palillos y trompa de caracol.

Lo mas interesante es como la música en su contexto empieza a cobrar otro sentido y como uno  desde un punto de vista occidental, va con una postura y con la apertura necesaria, pero siempre cae en la trampa de occidente, intenta medir estas cosas y cuando uno intenta medir estos ritmos se da cuenta que los patrones occidentales no nos alcanzan, no es un ritmo ni ternario ni binario. Ahí empieza a formatearse todo. Lo que propongo es un estudio de la música garífuna como ejemplo de lo que s afroamerica, si nosotros nos asumiéramos como el fruto del brutal encuentro de América, África y Europa, que creo que la música garífuna es un ejemplo cabal de esto, podríamos empezar a entendernos de otra manera.

Se reconoce esto pero con los patrones musicales y cifrados europeos, ¿no?

Exacto, ahí lamentablemente los conservatorios como instituciones han hecho muy bien su trabajo justamente desde su nombre mismo, conservar una manera de hacer y estudiar la música, que lamentablemente poco tiene que ver con nosotros, mas que ese tercio de participación europea en nuestra identidad. Cuando se pone sobre los escenarios, en libros, en música, las claves y los patrones rítmicos americanos, de algún modo se los esta proyectando pero  quedan descontextualizados de su carácter ritual. Ahí esta la importancia del trabajo de campo. Esto no quiere decir que uno tiene que tratar de hacer una especie de apología de lo religioso, e intentar cuidar los tambores a nivel sagrado y tocarlos en un contexto únicamente con los elementos del lugar, ya si querés hacer una música garífuna en Argentina vas a hacer una versión. Lo que si es importante saber de donde viene, porque se toca y evitar estas mezclas que bajo el ámbito de lo afro, con ciertas modas por cierto, se termina alimentando el estereotipo del África como este lugar del salvajismo del tambor, como que toda la música del tambor es lo mismo.

- En cuanto a las instituciones y la educación musical, ¿qué cosas decís que no están cambiando?

Lo que veo es que las instituciones se continúan resistiendo, cada vez que tocas un tambor en una escuela, la primera reacción es el brillo de los chicos y que se unen a partir del tambor, que es maravilloso; y la reacción siguiente es la gorda con rodete que viene a golpear la puerta para que calles. Siempre se lo emparenta con el quilombo, la protesta y con el ocio, y en realidad estamos hablando de una cultura ancestral, de un símbolo identitario, un tambor para un afrodescendiente es resistencia, es unión, es solidaridad, es un medio de vida, es una herramienta que me permite comunicarme con las deidades, cuando uno pone al tambor en un lugar únicamente de joda o de protesta esta vaciándolo de contenido. Y lo mas maravilloso es que el tambor en una escuela se transforma en una herramienta fundamental, para conocer no solamente una música, sino una cultura. Lamentablemente esto que estamos hablando nosotros sobre la esclavización del continente en las escuelas no se trabaja, los chicos no saben nada de eso.

Ahí entra tu otro libro "Africa en el aula", ¿cuales son los desafíos actuales con los que se topa el educador musical?

Yo creo que hay una gran hipocresía en un sistema educativo que hace 40 años que viene renovando discursos, hablando de significatividad y de motivación de los chicos, pero la realidad es otra. Somos todos muy progres cuando hablamos y cuando ponemos las cosas en las planificaciones, pero después si no esta en el programa, no lo hago, hay mucho temor al cambio. El desafío es el mismo de siempre, es cambiar realmente no cambiar desde el discurso, el discurso ya está. Cualquier marco teórico en el que te  sitúes de 40 años para esta parte, vas a estar bien situado y vas a ser un gran trasformador.  Todos hablan de Freire y Piaget, pero en la aplicación la realidad es que el docente continua ejerciendo el poder de una manera autómata e irreflexiva y los chicos necesitan otro tipo de ética. Creo que el desafío pasa por acortar esa brecha y ver de que manera los chicos se pueden acercar a la música o a lo que sea, desde el lugar que ellos otorgan como significativo.

¿Aun así, hay docentes que actúan como islas?

Sí. Pero es muy difícil escapar al mandato de una institución de  formación docente, vos vas con una idea y durante 4 años tratan de inculcarte otra. Las islas son cada vez más grandes por suerte, hay organizaciones a nivel latinoamericano donde cada vez somos mas los que apostamos al cambio. Hace poco estuve en un congreso en Venezuela y estuve discutiendo con un doctorando en ecología sonora que sostenía científicamente que el reggaetón eran una amenaza para la educación musical porque escuchar mucho reggaetón te atrofiaba el sentido del oído y por ende el sentido de la percepción de las grandes y bellas melodías de occidente. Esto lo escuchamos en Centro América y este año, no hace 20 años.


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