Hay dos formas fundamentales en las que experimentamos una sensación sin haber recibido un estímulo físico externo: la imaginación y la alucinación. Dos tipos distintos de huellas en el ánimo que no tienen en principio nada que ver con el sistema concreto de cosas que se despliega a nuestro alrededor, que no están generadas por una relación de causa y efecto inmediata entre los elementos de este sistema y nuestra percepción.
En el tercer track de su segundo disco solista En las afirmaciones (y sus efectos)Oscar Favre canta: "un cuerpo se desdobla del mío / la danza que persigue al disfraz / el espejismo de aquella arena / la consecuencia antes de actuar / huella / es la primera / es la primera / va por detrás".
Si la imaginación es memoria, imaginar consistiría en aplicar al bagaje mnemónico una función combinatoria tal que diera como resultado una figura sin correspondencia exacta en el conjunto de los recuerdos. Más allá de que esto sea o no verdad, sí se puede decir que un porcentaje considerable de cada recuerdo es imaginario. Imaginar es construir, progresivamente, por fantasía o ejercicio, una imagen visual, auditiva, gustativa, táctil u olfativa (o un conjunto asociado de estas imágenes organizadas como relato), verosímil o no, susceptible de ser modificada mediante anexión o depuración.
Estás aburrido con la compu a la tarde y te imaginás que tal va a venir, te va a tocar timbre, te va a mandar un mensajito. Podés imaginarte un montón de cosas: que cuando llegue la persona en cuestión va a tener la remera transpirada (hace calor y esta persona transpira mucho), que va a tener la piel pegajosa, que va a tener puesto además una bermuda y unas ojotas, que vos le vas a decir esto y lo otro... y encima después, si hay algo que no te gusta, podés cambiarlo, podés correr un mechón de pelo de determinado lugar, podés poner unas zapatillas en lugar de las ojotas, mejores palabras en tu boca, tentáculos en lugar de brazos, etc.
TEORIA DE LA IMAGINACIÓN COMO MEMORIA
En las afirmaciones... podría funcionar como prueba de la teoría de la imaginación como memoria. El disco abreva en el post-punk espacial de los inicios musicales de Favre con Sumergido, la banda con la que en 1996 grabara el primer disco del catálogo de PX dando inicio a uno de los proyectos culturales más interesantes de las últimas décadas en la ciudad, un colectivo multidisciplinario de producción ecléctica y constante que se mantuvo gracias al trabajo autogestivo y horizontal, que publicó revistas, que organizó fiestas y que ya lleva editados algo más de 100 trabajos discográficos.
Pero al mismo tiempo cada tema va para adelante, permanece abierto; a lo largo de los siete tracks que conforman los poco más de 30 minutos de música del disco, Favre reordena los elementos de su bagaje musical de una manera nueva cada vez incorporando ritmos latinos en las percusiones, construyendo capas delicadamente noise entre guitarras y sintes, incorporando de manera inteligentísima toques de una psicodelia contenida siempre funcional al resultado final.
Con todo esto, el disco suena más homogéneo que su predecesor, de título apenas menos conceptista que este, Utopía mínima, el primer trabajo del músico como solista. "La homogeneidad es algo a lo que apunto –decía Favre en el chat–, siempre me pareció un atributo que valoro en los discos. Por lo general los discos que me gustan son homogéneos. En el proceso se fue "afirmando". No trabajo mucho con ideas preconcebidas. Por ej. en "huella" trabaje sobre la poliritmia que se genera entre el bajo y la batería, esto fue preconcebido, pero despuésencontré por azar ese sonido que atraviesa todo el tema, es eso lo que me lleva a la melodía y a la letra conjuntamente".
"La homogeneidad es algo a lo que apunto –decía Favre en el chat–, siempre me pareció un atributo que valoro en los discos. Por lo general los discos que me gustan son homogéneos"
Una alucinación es una percepción sensorial sin una causa directa. A diferencia de un producto de la imaginación, la alucinación no se construye progresivamente sino que es inmediata, aparece de una vez y de manera definitiva, y –por más encaprichado que alguien esté con que quiere alucinar– no responde a la voluntad. Estás aburrido con la compu a la tarde y escuchás el timbre, saltás de la silla, salís al balcón y te asomás para abajo, pero no, no tocó nadie (alucinación auditiva). Sentís que te vibra el celular en el bolsillo, lo agarrás, pensás que tal te escribió justo que vos pensabas en él, lo desbloqueás, mirás, pero no, ningún mensaje (alucinación táctil).
Puestos a elegir entre imaginación y alucinación es probable que la mayoría se quede con la segunda. Un argumento posible a su favor –probablemente cierto– es el de que es la más intensa de las dos experiencias, si entendemos intensidad por mayor grado de concentración de significado en menor cantidad de tiempo. Desde este punto de vista la imaginación es una especie de subproducto degradado de la alucinación, no agita los receptores químicos de nuestro cerebro hasta activar nuestros sentidos en presente con algo que no está, funciona por reminiscencia.
Pero la alucinación tiene un problema, por más vívida que sea es exclusivamente individual, es una experiencia intransferible y, por eso, efímera. Se puede poner en palabras como se puede intentar poner en palabras cualquier cosa, pero cuando le contás a otro tu alucinación es como contarle lo que comiste al mediodía, te van a escuchar, van a asociar tus experiencias a situaciones análogas (las veces que comieron pastel de carne, por ejemplo, como vos hoy; las veces que tuvieron alucinaciones), etc., pero no hay forma de que te entiendan por completo y compartan tu experiencia. La imaginación, en cambio, se puede comunicar y hasta construir colectivamente.
EL RUIDITO QUE VENIA DE AFUERA
Cuando escuché por primera vez En las afirmaciones (y sus efectos) estaba sentado entre medio de los parlantes, tomando mate, con todas las ventanas abiertas porque hacía calor. Cuando la música terminó yo seguía escuchando un pitido agudo que se había mantenido constante durante todo el final de Puerto, el último tema del disco. Me parecía raro que después del fade out general que termina por despacharse con todo lo que el tema siembra en sus cuatro minutos de duración quedara sonando ese ruidito, igual era algo que no escapaba al horizonte de expectativas con que venía digiriendo el disco.
Cuando me paré, vi en la pantalla de la compu que el tema ya había terminado. Yo seguía escuchando el pitido, que subía y bajaba, zumbador. Me acerqué a un parlante, al otro, pero nada. El ruidito venía de afuera. Una linda alucinación, pensé. Y pensé en la escena de El hombre de al lado donde un par de snobs escuchan música contemporánea y uno toma los martillazos del vecino que quiere tirar abajo una pared como parte de la obra y dice algo como “increíble el uso que hace de los golpes, ¿no?, super visceral”.
Enseguida me pregunté si estaba bien o no decirle alucinación a eso. Me di cuenta de que no se trataba exactamente de una alucinación, porque en realidad el pitido tenía una fuente concreta, física, digamos, el aviso para los peatones de una cochera de por acá, por ejemplo, o directamente la alarma de un auto. Pero ese sonido agudísimo y mínimo para mí era otra cosa, se había sumado a otro sistema de referencia sonoro y habíaalcanzado para que la canción se escuchara distinta, yo lo había incorporado, naturalmente, al resto del tema, al punto que me había hecho resignificar parte del trabajo con texturas sonoras que se escucha en el disco. Volví a poner el tema y me di cuenta que efectivamente, sobre el fade del final, entraba un sinte a contrapelo de la bajada del resto de la banda. Capaz que mi cabeza había homologado el ruido de la calle a ese sinte. Igual, eso no era una alucinación. Y tampoco podía decir que me había imaginado ese sonidito.
COMO UN FLASH
Entonces pensé que en el punto medio entre la imaginación y la alucinación había una tercera experiencia, a caballo entre las características de una y otra. Algo a lo que a falta de otra palabra le podemos decir flash, la forma en que cada vez más nos acostumbrados a experimentar las cosas que no sabemos bien si están ahí de verdad o no. Casi no tenemos imaginación y si tenemos no le damos tiempo; nuestras alucinaciones, excepto las vibrátiles del teléfono en el bolsillo, son esporádicas y generadas químicamente. Pero flayar, flayamos todo el tiempo. Para mí un flayeo es por ejemplo cuando estás en una terraza con amigos y uno ve la forma de algo en una mancha de humedad de la pared, una chica bailando, ponele.
"Tiene mucho peso el criterio de mezcla de Martín Greco. Yo elijo laburar con él porque mezcla de un modo distinto a como lo haría yo y por supuesto me gusta"
Entonces, primera instancia, mini-alucinación, la aparición repentina y vívida de algo que, en concreto, no está ahí en la terraza, no estaba antes, nunca estuvo, porque todas las veces anteriores que se juntaron ahí a escabiar, fumar, etc., la mancha ya estaba y nadie había visto a esa chica. Pero casi al mismo tiempo se precipita un momento clave –introducido en general por “eu, flayé que…”– en donde la persona que vio la figura de la chica quiere compartir esa protoalucinación con los de al lado –"eu, esa mancha es una piba bailando,loco"– y busca la forma de hacerse entender. Se acerca a los demás, pone su vista a la altura de la vista de ellos, les va indicando con un dedo que no se sabe bien a dónde señala qué parte de la mancha es el vestidito volado, qué parte es el cuello completamente arqueado que termina arriba de todo, en la pera. La cara no se le ve. Como deja caer el peso de su cabeza para atrás, ojos, boca, nariz quedan afuera de nuestra vista. Le cuelga un pelo vaporoso.
Así que capaz que con las indicaciones algún otro también empieza a ver la chica y empieza a agregarle más detalles y colabora con la explicación para que los demás también la vean y así. Alguien agarra una piedrita del carbón que sobró de los chorizos y empieza a dibujar la forma de la bailarina sobre la mancha de humedad siguiendo como puede las indicaciones de todos.
MUJER DE CARBÓN
Estaría muy bien que en la terraza del ejemplo estén los músicos que participaron en la grabación de este proyecto, cada uno con un pedazo de carbón: Martín Arias en guitarras, Natalio Rangone en teclados, Emiliana Arias en percusión, Juani Favre en bajo y coros y Martín Greco que tocó el bajo y que además se encargó de la mezcla (Favre: tiene mucho peso el criterio de mezcla de Martín Greco. Yo elijo laburar con él porque mezcla de un modo distinto a como lo haría yo y por supuesto me gusta).
Entonces, volviendo al ejemplo, dada la protoalucinación, viene primero una instancia en donde el flash se colectiviza, donde la idea es que todos los que están ahí vean la forma en la mancha de humedad, porque todos pueden verla, y después, en segundo lugar, un momento más en donde como consecuencia de todo el viaje quedó un dibujo en la pared, que muestra algo que antes no se veía. Este tipo de experiencia tiene de la alucinación la característica de ser inmotivada y de revelarse por completo de inmediato; pero además, como la imaginación, puede ser comunicada y por eso tiene cierto potencial de permanencia en el tiempo.
UN VIAJE ALUCINANTE
Un buen disco es un flash colectivo, como el de la chica que baila, en el que intervienen músicos, técnicos, amigos, productores. Los discos de PX son así porque forman parte de un viaje alucinante, más grande, que los hermana a todos. Algún día se va a escribir una retrospectiva sobre el colectivo y sello discográfico de Rosario Paneta X. Tiro un título posible, El largo flash de todos estos años. Cuando me metí en Bandcamp para escuchar el disco, leí ahí abajo, entre los créditos, "PX 104". Ese cartelito emociona a cualquiera. Empecé a escuchar con eso en la cabeza, pensando que era un disco que venía antecedido por otros 103 que de una manera u otra lo condicionaban. Y sí, para mí esos 103 discos anteriores se escuchan en este. Pero además ya están ahí otros, nuevos, los que le siguen a En las afirmaciones..., que ya van a ir saliendo porque no hay motivos para parar ahora.
Favre me comenta por chat su próximo proyecto: "Ahora estamos ensayando para tocar, supongo que este año solo será esta presentación, seguramente para marzo haremos otra. Estoy armando un sucesor que se va a llamar "en los efectos (y sus afirmaciones) que es un disco de remixes/intervenciones que van a hacer otros artistas sobre las 7 canciones". Participan Emi Boero, Matilda, Fer Mariño, Fernando Kabuzaki, Emiliano Ponzeli,y Audiodelica. Eso posiblemente esté listo para esa fecha.
Entrevista y txt: B.O
PRESENTACIÓN:
Oscar Favre presenta En las afirmaciones (y sus efectos) estejueves 13 a las 21:00 hs en el Teatro Plataforma Lavarden (Mendoza y Sarmiento). Invitados: Cromattista y Emi Boero procesando vinilos.