El músico riojano Emiliano Zerbini editó “Danzas folklóricas argentinas” Volumen I, un disco que aborda ritmos del folclore argentino para celebrar a la danza y los bailarines.
Como la zamba bien bailada, que va tomando vuelo conforme fluyen los pasos, el nuevo disco de
Emiliano Zerbini fue adquiriendo una respiración propia mientras iba avanzando su hechura.
“Danzas folklóricas argentinas” Volumen I, tenia de entrada “grandes pretensiones”, cuenta el cantor y compositor nacido en Córdoba y criado en Chilecito, La Rioja. “Por la profundidad del concepto, por homenajear a la danza criolla, por homenajear a la gente que baila, por volver a la raíz y volver a lo antiguo”.
Basado en un repertorio que incluye una buena parte de los ritmos del cancionero argentino -firmeza, jota, chacarera, cueca, el cuando, gato riojano, huella, zamba, triunfo, zamba alegre y chaya saltada-, muchos de los cuales son artes olvidadas, según diría Yupanqui, el trabajo que celebra a la danza y sus bailarines, tiene a Silvia Zerbini, la madre del cantor, como la musa en quien se cifra la dedicatoria del álbum. Es que la coreógrafa supo inculcar en su hijo el vasto reservorio del folclore. “Este es un homenaje encubierto a ella, por el amor que le tenemos no solamente a la danza, sino al folklore en general, a las cosas nativas y las cosas nuestras y también a la proyección que tienen que tener estas cosas”.
La instrumentación, una “formación tradicional” de guitarra criolla, bombo, bandoneón y violín, le propina a cada una de las 12 obras un carácter sobrio pero colmado de matices, la hermosura es simple, una invitación al disfrute de lo criollo. Los temas se dividen entre los que pertenecen a otros compositores o son anónimas y las que son creación del riojano. Así aparecen en el terreno de los clásicos La Firmeza (Rec. Andrés Chazarreta), Jota de la Tejedora (Juan R. Martín), La chacarera doble (Hnos. Ábalos), El Cuando (Anónimo Popular), Hasta tu Rancho (huella, Alberto Merlo- O. Andino), La Vuelta de Obligado (triunfo, Alberto Merlo – Miguel Brascó), Zamba Alegre (A. Chazarreta- Oscar Valles), Palabras de Santiago Ayala el Chúcaro “Sentido Estoy” (A. Yupanqui), mientras que de factura de Zerbini se hallan Cueca del Carnaval, Canillas Flaquitas (gato riojano), Tiempo i´ Chaya y La Majadita (chaya saltada).
PARA SEGUIR ANDANDO
“Le pusimos volumen uno para comprometernos nosotros con esto”, analiza Zerbini y sigue, sobre la elección del repertorio: “Fue por simpatía, me parecía que la cronología de las canciones no ha tenido que obedecer a algo académico, sino que tenia que grabar las canciones que me eran a mí familiares. No es un disco de clásicos este, es un disco de danzas. No es un disco que quisiera rememorar viejos autores, sino que quiere recordar el baile”. El dúo Orozco Barrientos, José Luis Serrano (Doña Jovita), Julio Paz de Coplanacu, Ramiro González, Víctor Pintos, Sergio Pautassi, y Silvia Zerbini son los invitados que se encargaron de dar la “voz de aura” en cada tema. “Estaba divertido invitar a un personaje conocido por nosotros o por el público, que presenten la canción, la voz de aura, la voz de mando”.
Desde “Ofrendas” en 1999, la primera edición discográfica del creador riojano, Zerbini viene construyendo su propio espacio en el panorama musical del país. Luego salió “Canción Pueblera” (junto a invitados como Peteco Carabajal , Luís Chazarreta, Cristian “Mono” Banegas y Diego Bravo), y “Luz de Andar” de 2010 producido artísticamente por Roberto Cantos (Dúo Coplanacu).
Ni bien editó
“Danzas folklóricas argentinas”, que se puede descargar desde su sitio
www.emilianozerbini.com.ar, el músico entregó 700 discos al Ministerio de educación de La Rioja, lo cual le valió la declaración de “interés provincial, cultural”, por el gesto de haber ofrecido esas copias de manera gratuita para que se “distribuyan en escuelas primarias, secundarias, y nocturnas”. La apuesta didáctica que Zerbini deposita en su nueva obra no solo está apuntada a que los educadores del área enseñen los ritmos del folclore argentino a sus alumnos. El aprendizaje también es un camino personal: “La verdad que no tocaba nada (de los ritmos abordados); imagínate un minué, un triunfo, inclusive la cueca, no son ritmos que están en el repertorio constantemente, me ha hecho parir este disco en ese aspecto, pero fue desde el lugar que lo tomamos; un poco de investigación, un homenaje, y aprender nosotros mismos. Cuando uno habla de un disco es para legar, pero también para aprender nosotros mismos.
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