Esteban Vázquez es locutor, trabaja en radio y es el conductor oficial del Encuentro de Músicos que se realiza todos los años en nuestra ciudad. Además -según dice- es músico "aficionado" y conforma un trío con Marcelo Stenta y Carlo Seminara. Lo invitamos a que recomiende un disco para nuestra sección "Me gusta (mucho)": "Ese amigo del alma", de Lito Vitale fue el elegido.
"Fue un duelo conmigo mismo elegir un disco de la música argentina. Decidí finalmente relativizar el sentido del título del segmento, Me gusta mucho, a cambio de buscar dentro mío algunos sonidos y algunas músicas que me constituyen como ser humano", se sinceraba Vázquez en una publicación vía Facebook días después de la grabación.
"En ese duelo aparecieron Floreal Ruiz y muchos de los tangos que escuchaba y cantaba mi viejo, Los Chalchaleros, Los Tucu Tucu, algún disco de Troilo, algunos discos de Piazzolla, varios de Spinetta, del Dúo Salteño. Pero elegí un disco de un músico que tal vez no me marcó definitivamente como muchos otros, un músico cuyo trabajo no me produce una luminosidad particular, es más, me fue gustando menos con el tiempo; Lito Vitale".
"Ese amigo del alma" fue grabado en 1988 e interpretado por Lito Vitale Cuarteto: Lito Vitale en teclados y arreglos, Marcelo Torres en bajo, Manuel Miranda en aerófonos y Cristian Judurchan y Jota Morelli compatiendo la ejecución de la batería.
"Hace un tiempo vi una película de la realizadora y fotógrafa francesa Agnes Vardá, "Las playas de Agnés"; ella dice en esa película que si a uno le hicieran un corte transversal en el cuerpo, se podrían ver allí paisajes, y que sus paisajes son playas; esa idea siempre me pareció muy poderosa, pues porque siento que estamos hechos de paisajes, de paisajes con sus músicas; y ese conjunto de representaciones nos acompaña y determina mucho de lo que vamos siendo. El disco "Ese amigo del alma", del cuarteto de Lito Vitale, lo conocí a través de Juan Carlos Mogni Barros, me acercó el sobre del disco con su mano mientras ponía el vinilo en un tocadiscos viejo en una casa que ya no está. Luego lo escucharíamos varias veces con él y con Gabi Spallione, recuerdo escuchar ese disco en casa de Gabi y mirar por la ventana de la cocina hacia un terreno descampado donde había caballos y chicos jugando, y eso, sin que yo me diera cuenta, constituyó una especie de todo entre un paisaje y algunos sonidos que contiene ese disco. Llevaba esos sonidos en la cabeza y me detenía en ciertos lugares del pueblo, los contemplaba mientras sonaban en mi cabeza Recuerdos en Mi bemol, o Estar vivo hoy. Música, como dice Spinetta, toda la vida tiene música..." concluyó Vázquez.
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