Emanuel Castro, director de la murga La Cotorra de Rosario, eligió a “Hijos del culo”, de Bersuit Vergarabat (2000) para dar cuenta de una época en la que la murga uruguaya empezaba a escucharse e interpretarse en la ciudad, además de que el álbum le gusta mucho.
Nuevamente con producción de Gustavo Santaolalla, que se había asociado a la banda para la explosión que significó Libertinaje (1998) unos años antes, el disco también fue un éxito de ventas. Daniel Suárez y Germán Sbarbatti recién ingresados al grupo en voces y coros se acoplaban perfectamente a la voz de Gustavo Cordera para seguir pulsando las fibras intimas de la sensibilidad popular en un combo lacerante y cada vez mas rioplatense. Bersuit fue una de las últimas bandas que sobre fines de la década del noventa conseguía llenar estadios a base de grandes canciones. Presentaciones por Latinoamérica, España y Estados Unidos integraron el Watcha Tour del año 99’.
“El año de la edición del disco de Bersuit coincidió con la primera formación de la murga con la que yo salía que fue “La Improvisada”, la primer murga que se armó acá en Rosario, y fue con toda esa efusión que empezamos a hacer murga. Ese disco tiene muchos géneros, me gustó mucho por eso, por la variedad, y tenia un candombe y dos canciones con murga uruguaya. Las arregló Alejandro Balbis, el uruguayo director de “Falta Y Resto”, “A contramano”, y en las formas en que estaban arregladas las voces sonaban espectacular”, recuerda Castro que desde 2007 integra “La Cotorra” con quienes en 2012 se presentó en el carnaval de Uruguay.
“Negra murguera” o “Desconexión sideral” eran las cartas que estos incipientes cultores del género anteponían ante quienes les preguntaban qué era eso de estar en una murga: “Era muy fácil para nosotros con ese disco, explicar a la gente que no tenia la menor idea de lo que era una murga Uruguaya -cuenta Castro-. Antes nos costaba mucho explicar las diferencias entre la murga Argentina y la Uruguaya ya que no se conocía. Entonces a todo el que te preguntaba “che, estas en una marga”, “Sí” “Y bailás”, había que hacerle toda la introducción”.
Y “por si alguno todavía no sabe”, el músico aclara: “La murga uruguaya se diferencia porque en su formación tiene 13 voces, 13 personas que cantan. Además tiene un director con guitarra para afinar el coro y 3 músicos que ejecutan instrumentos de percusión; bombo, platillo y redoblante. Además de eso tiene gente afuera, sonidistas, iluminadores, utileros. En el caso nuestro somos 30 de los cuales 17 suben al escenario”.
Con cuatro espectáculos armados hasta el momento “con el que estamos haciendo ahora”, La Cotorra es uno de los grupos que forma parte del desarrollo del género en Rosario, que luego de poco mas de una década, ya cuenta con varios nombres propios: Mal Ejemplo, Aguantando la Pelusa, Los Vecinos re Contentos, La Cotolengo, Y Parió la Abuela, La Guevarata, Sobretodo en Verano, Modestia Aparte y Ojo al piojo.
“Tener un disco en esa época se hacia difícil, era difícil acceder a un disco, no había YouTube, y el que tenia Internet era un privilegiado, a “Hijos del culo” lo trajo uno de los chicos de la murga como una novedad impresionante porque tenía tres canciones con coros de murga uruguaya. El que llegaba a Rosario con información de murga tenia un tesoro, y enseguida estábamos todos copiando el disco en cassete”, rememora Castro y añade: “El disco me lo sabia de memoria, me gustaron mucho “Negra Murguera”, que al final tiene una clarinada que suena espectacular, y “Desconexión sideral”, un candombe lento que suena muy bien, y el otro que tiene coro de murga uruguaya es el ultimo tema que se llama “Es importante”.
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