Como puertos a los que ir llegando, sobre las márgenes de un mismo rio musical, así están los músicos, conectados y la espera, de que una nueva carga venga a transformarlos. Esto le sucedió a Noelia Garcia, cantante del grupo El Fuego de la semilla, cuando a través de Fito Paez fue a dar con la propuesta de Liliana Herrero.
“La conocí allá por el dos mil, gracias a Fito (Páez), a quien yo escuchaba mucho y sigo escuchando”, “lo que mas me atrapó fue su manera de decir, de cantar”, dice la cantante invitada a seleccionar un disco para nuestra sección Me Gusta (mucho). “Yo no había escuchado a ninguna cantante hacerlo de esa manera tan visceralmente, tan hondo, tan despojada…como muy libre (…) Eso me abrió la cabeza, me hizo mirarme para dentro y obligarme a reflexionar sobre mi propio canto. Eso es algo que tiene Liliana, te atraviesa, te parte al medio”.
Sobre Maldigo, el último trabajo de la intérprete nacida en Villaguay, Entre Rios, y esos otros aspectos que hacen al lenguaje de un artista, Noelia continua: “El repertorio, el peso de los arreglos son tremendos, hay una densitud (sic) y simpleza (...) En el escenario es un ser muy poderoso, no hay forma de que no te pase de todo cuando estas ahí”.
Desde el año 2005 Noelia García comparte su proyecto musical junto a Pablo Elizondo y Marco Kofman en guitarras y coros, Facundo Vázquez en bajo, Matías Marcipar en vientos y Jorge Mockert en la percusión. En 2012 llegó la edición de su primer disco de estudio “Día”, a través de la Editorial Municipal de Rosario. Sobre Liliana Herrero continua: “Yo Venia de escuchar mucho rock, mucha música en inglés, y la Herrero me ayudó a encontrarme con el peso de las palabras en nuestra lengua, nuestro idioma, con el valor de eso. Ella es una artista que no tiene miedo de romper estructuras, es rebelde, respetuosa, estudiosa. Ella para mí es folklore, es identidad…y también es rock”.