El hecho físico de que una palabra que ya no escuchamos vuelva a resonar en nuestros oídos: Compacs. La materialidad gastada de ese objeto como souvenir del tiempo en algún rincón de la casa. Es Evangelina Gaido, profesora de música y directora de la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil “El Triángulo”, quien se remite de ese modo al trabajo discográfico “Mensajes del alma” de León Gieco (1992). Claro, no podía ser de otro modo, para ese entonces en el país empezábamos a manipular estos redondeles de música plateada.
“Yo estudiaba a contraturno de la secundaria en la Escuela Provincial de Música (en ese momento era nacional) y pasaron a invitarnos a un concierto didáctico de León. Y bueno, fui a la sala Mateo Bozz. León estrenaba ese disco, arranca el concierto con “Los Los salieris de Charly”. No puedo olvidarme esa sensación del momento; presenciar una banda con una estructura muy de rock con una identidad propia y con alguien de la generación de mis padres haciendo una música muy cercana a todos los adolescentes que estábamos en esa sala”, dice nuestra invitada al Me Gusta (Mucho) y agrega: “El recital fue tan conmovedor que recuerdo haber salido y haber ahorrado, ya que en ese momento los compcs había que comprarlos originales y eran muy caros. Lo compré y lo gasté de pasarlo muchas veces por mi compactera”.
“Tengo un recorrido desde lo emocional con ese cd. Tenia 16 años y recuerdo que era la música que escuchaban mis padres. Yo venía más del palo del rock y (el disco) tenía algunos temas de fogón. Pero yo era de otra generación”, aclara Gaido, aunque esa barrera cimentada por los años se vendría abajo cuando el hombre de Cañada Rosquin producía a través de ese recital lo que tantas veces hizo con las mentes jóvenes del país; hacerlas volar, mostrarles lo diverso, contagiarles el vértigo nuevo de corear consignas. “Me parece que esto que me pasó a mi a los 16 años, esto de sentir que un músico de la generación de mis padres pasa a ser un músico de mi generación también creo que es así. Son esos referentes que pueden transitar el escenario con un poco de rock, con Pablo Lezcano de Damas Gratis, con el tango. Él transita los géneros musicales, la música popular argentina con mucha comodidad, es un gran músico y siempre a estado rodeado de grandes músicos”.
Primer disco que Gieco grabó para la EMI-Odeón, "Mensajes del alma" venía con "Los Salieris de Charly" como corte de difusión. En esa especie de rap criollo – en boga en Argentina por esos días- León enarbolaba sus marcas de procedencia y enumeraba preferencias: “Queremos ya un presidente joven/ que ame la vida que enfrente la muerte”. “Lo que Léon logra desde el lado musical en ese compacs es algo con mucha identidad. No son todas las canciones con una impronta y una forma rígida sino que se mueve dentro del genero canción, integrando distintas esencias rockeras y folclóricas”, analiza la profesora de música.
“Halleluja”, “Mensajes del alma”, “Maestras de Jujuy”, “Cinco siglos igual” y “Todos los días un poco”, son algunos de los temas del álbum. “Tiene una canción muy bella que es “Todos los días un poco”. Es una canción de amor muy profunda, muy simple, con cuatro acordes, pero muy sensible”, analiza Gaido que volvió a reencontrarse con su propio disco “Mensaje del Alma” a raíz de la invitación que le hicimos. Y como en los buenos reencuentros después de muchos años, los protagonistas se reconocieron por las marcas en la piel. “Cuando vi el estado de su tapa, totalmente deteriorado…bueno, tiene un recorrido, puedo decir que lo he escuchado mucho, que lo he trabajado como docente. El día de hoy ya no lo pongo el cd pero puedo escucharlo en la computadora donde uno lo tiene digitalizado y me siguen pasando las mismas sensaciones a pesar de tanta escucha. Más allá de mi adolescencia, en donde ese disco fue muy importante, al poco tiempo empecé a dar clases y la verdad que usé muchos de los temas de ese disco. Di clases en la primaria y recuerdo haber cantado con los 4°tos y 5°tos “Todos los días un poco”, concluye Gaido.