La escena es así: algunas personas compartiendo el ritual de un asado en la Argentina de mitad de los ochenta. El asador -en un momento que habrá disfrutado como un despabilamiento de la noche- pone una canción de Charly García al palo en el radiograbador. El grito con que el bicolor abre “No se va a llamar mi amor” asusta a todos. El niño Diego queda “pegado al grabador”.
“Es el primer recuerdo rockero de mi vida que tengo”, explica el músico, periodista y editor Diego Giordano acerca de Piano Bar de Charly García, disco que eligió para nuestra sección Me gusta mucho.
“Yo era muy chiquito, tenía diez años, me acuerdo que estaba en un asado con el novio de mi hermana y los amigos de mi hermana, todos más grandes que yo, y el tema “No se va a llamar mi amor”, empieza con un grito de Charly. Entonces me acuerdo que mi cuñado que estaba haciendo el asado, sin decir nada puso esa canción al máximo y todos nos asustamos…Y a partir de ahí quedé como pegado al grabador”, evoca Giordano.
Piano Bar es el tercer disco solista de Charly García, editado en el año 1984 y grabado con una prolífica banda: Fito Páez en teclados y coros, Pablo Guyot en guitarras, Alfredo Toth en bajo y coros y Willy Iturri en batería. Según Giordano se trata de un disco que está lleno de referencias a crisis personales, amorosas y de drogas de Charly. “De chico eso no lo veía. Con los años, con una perspectiva muy distinta lo fui viendo. De alguna manera puedo decir que crecí escuchando cómo crecía Charly García”.
Los últimos años de dictadura y los primeros de democracia fueron agitados y las canciones lo retratan: Cerca de la revolución, No se va a llamar mi amor, Demoliendo hoteles son instantáneas de un momento histórico. Para Giordano, la relación con Piano Bar trasciende lo musical. “Quizá Charly García tenga discos mejores, pero para mí representa una cosa muy profunda, como el pasaje de mi infancia a mi adolescencia y por eso lo tengo tan pegado”.