Sobretodo bombos, pero también tumbadoras bongós guiros redoblantes. Sonó con platillos maracas claves y pandeiros. Con cencerros y cajones. Domingo Cura hizo de la percusión un modelo. Abrió un campo de experimentación y toco con todos. Había comenzado de bastante chico con su cuñado y amigo, el armonicista Hugo Díaz. Junto a él viajó de su Santiago del Estero natal a Buenos Aires cuando tenía 18 años. Tras conseguirse un lugar en el ambiente musical de aquella época no pararía de trabajar, a tal punto que la muerte lo encontró a los 75 años de edad, en 2004, antes de tocar en un recital de Chico Novarro.
La baterista rosarina Emiliana Arias eligió “Tiempo de percusión” (1972) para la sección Me gusta (mucho), y se detiene con atención en el tema 1 del álbum llamado “Percusión”: “Me encontré el disco en un momento en el que empiezo a repensar la batería. No como un instrumento de acompañamiento sino como un instrumento singular, y cuando empiezo a laburar con la percusión”. Justamente ese valor único le dio Cura a los ritmos, a los golpes. A través de su set era capaz de moverse por todos los géneros con maestría. Proyectó el folklore, improvisó con placer con varios colegas y cruzó lenguajes del mundo.
Tocó Foxtrot, tango y jazz, con una orquesta característica de su ciudad, durante los años 50´, ya en la capital del país se acercó a la música caribeña y experimentó con el jazz. Entre sus colaboraciones se cuentan a Nat King Cole, Lucho Gatica, Trío Los Panchos, Mercedes Sosa, Los Cantores del Alba, Los Fronterizos, y Horacio Malvicino. Con el pianista Ariel Ramírez y el charanguista Jaime Torres grabó el disco "Folklore nueva dimensión" (1961) y la "Misa Criolla" (1964). También tuvo tiempo para experimentar con la vanguardia del país en los 60´: Eduardo Lagos, Kelo Palacios, Astor Piazzolla, Milton Nascimento y el Gato Barbieri son los referentes que compartieron grabaciones y toques con él. Lito Nebbia en los primeros años del rock nacional lo convocó para "Despertemos en América" y lo llevó a participar del primer festival BA Rock. Muchos años después, en 2002, colaboró con Gustavo Cerati en el tema “Sulky” de "Siempre es hoy".
“Son alrededor de diez minutos dividos en tres partes, me pareció alucinante. Ahora uno puede loopear las cosas, podes hacer un track de música, de ritmos o lo que sea, grabando un par de compases y en la computadora lo repetís. Pero en este disco no. Si los escuchas de principio a fin te das cuenta que de principio a fin hay un bombo leguero o varios. Domingo tocando bomba leguero y encima de eso se suman otros elementos de percusión. Me encantó que el disco esta tocado de principio a fin. Los ritmos son muy raros, no puedo relacionarlo con algo, como por ejemplo una zamba. A esta primera música (track 1) no puedo ponerles un nombre. Siento que son ritmos que son de Domingo Cura y de nadie mas, que no entran en ningún género”, dice quien fuera baterista de “Coki & the killer burritos”.
El álbum, por fuera del track 1, contiene ritmos folklóricos y piezas tradicionales: La Vieja, Criollita Santiagueña, La Arunguita y Tacita de plata, allí participan su esposa Victoria Diaz y el propio Hugo Diaz. “No escuchó mucho folklore –aclara Emiliana-, inclusive este disco lo veo como un disco de ritmos, el titulo me parece hermoso, y me encanta que un percusionista grabe un disco solo de percusión. Suele pensarse a la percusión como acompañamiento, pero él (Cura) demuestra que no. Con ese instrumento se puede crear como puede crear una guitarra, un bajo, una voz, un quena”, concluye Arias.