Por Juan Pablo Hudson
A finales de la semana pasada el INDEC difundió los datos de desempleo del último trimestre de 2018. Había mucha incertidumbre en el gobierno nacional por tratarse del período post-megadevaluación, cuando la recesión empezó a barrer con todo signo de vitalidad económica. Y ayer se publicaron los datos de pobreza e indigencia por este mismo organismo.
* El índice de desempleo a nivel nacional arrojó un 9,1% (1.684.676 personas), casi un crecimiento del 2% respecto a 2017. El gobierno dio muestras de preocupación pero sintió cierto alivio por que no llegó a los dos temidos dígitos, tal como se preveía. De todos modos, puesto que la recesión se incrementó en 2019, es solo cuestión de tiempo para que las mediciones de este primer trimestre muestren un nuevo crecimiento del número de personas sin empleo. El actual índice ya es el peor desde 2005 para un cuarto trimestre del año.
* La pobreza tuvo un crecimiento explosivo. Un aumento desgarrador que solo encuentra parangón en la brutal crisis acontecida después del megadevaluación de 2002. No es una casualidad. La pobreza en nuestro país se mide por ingresos, por lo que cada aumento groso de la inflación multiplica los pobres e indigentes que deben gastar mucho más dinero para comprar la canasta básica y la canasta básica total.
* En números concretos hay 2.900.000 personas que cayeron en la pobreza. El aumento fue del 6,3%. Saltó del 25,7% al 32%. El total de pobres suma 12,9 millones de personas. Por su parte, el índice de indigencia pasó del 4,8% al 6,7%.
Las cifras en el Gran Rosario
En el caso del Gran Rosario la situación es todavía más dramática. El aumento desde finales de 2017 a este inicio de 2019 fue del 12%. El total está apenas por debajo del índice nacional (31.8%) pero el salto fue salvaje, es decir, más del doble que a nivel país. Concretamente ahora existen 415.829 personas pobres, de las cuales 78.091 son indigentes.
* Esta misma preocupación se traslada en el Gran Rosario respecto a la tasa de desempleo, que supera ampliamente a la nacional: 12,8%. El crecimiento respecto al mismo período en 2017 fue del 5.2%. Un crecimiento escalofriante. El mercado de trabajo de la región perdió 25 mil ocupados y sumó 32 mil desocupados. Para remitirse a una tasa de desempleo similar hay que retroceder hasta al segundo trimestre de 2006, cuando todavía estaba en curso la lucha por salir de la terrible crisis del 2001/2002.
* Los datos desagregados son todavía más alarmantes: en los varones menores de 29 años la tasa de desempleo alcanza el 16.1%. En el caso de las mujeres menores de 29 años llega a la exorbitante 31%. Pero hay otro dato que complementa la tasa de desempleo: la tasa de subocupación es de 23,3%. Es decir, personas que trabajan menos de 35 horas por semana pero quisieran estar más ocupados. Y la tasa de demandantes de empleo: 30%.
* Un dato importante: el 30% de los trabajadores en el Gran Rosario no son asalariados y el 32% del 70% que sí lo es no reciben aportes jubilatorios, es decir, son precarios.
* Si tomamos la secuencia histórica, vemos los siguientes vaivenes en nuestra región: en 1981 fue del 4%, en 1989 del 14,9%, 1996 del 18,2%, en 2002 del 24,4% (récord histórico), en 2003 baja al 17,9%, en 2006 al 11%, en 2011 al 8,1% y en 2015 al 8.5%. Tres años de gobierno de Cambiemos y el desempleo pega el salto hasta el 12,8% actual.
¿Por qué el Gran Rosario padece la desocupación más que otros conglomerados urbanos?
* Los especialistas en el mercado de trabajo afirman que “los ciclos económicos de la Región Rosario se mueven en forma procíclica y coincidente con los nacionales aunque sus recesiones y/o recuperaciones son más pronunciadas. Es decir, los indicadores económicos para la Región Rosario muestran en una fase contractiva una caída más profunda que los de la nación y una subida más fuerte en las recuperaciones” (Hernán Lapelle,2016).
* Esta hipótesis descansa en el hecho de que las relaciones con el exterior siguen siendo claves para el desarrollo regional como lo fueron históricamente. Esto es así por los principales productos que se exportan de la Región y por la competencia de los bienes externos en la propia economía doméstica.
* La Región Rosario al ser menos diversificada productivamente que la nación sufre más una crisis cuando una actividad prevaleciente en el área está en problemas. También el área parece ser sensible a factores externos tales como el tipo de cambio real, los precios de los commodities y/o los términos del intercambio.
* La megadevaluación de 2002 mejoró la deprimida economía del Gran Rosario pero los sectores que ganaron en competitividad están concentrados en el sector agroexportador que otorga valor agregado pero no empleos masivos. Lo mismo ocurrió con la incipiente sustitución de importaciones en ciertos rubros de la industria como la metalmecánica, maquinaria y equipo. que habían padecido la liberalización de los noventa.
* De todos modos, el período de auge de los commodities y sus industrias trajo beneficios a ramas derivadas como la Construcción que generó mucho trabajo y también el Comercio. que recibió las ganancias del agro. Entre 2002 y 2007, años de fuerte crecimiento después de la devaluación de 2002, en la Construcción el empleo creció un 83.4%, en Comercio, Restaurantes y hoteles el 42% y la Industria el 37,8% respectivamente.
* La crisis financiera internacional de 2008 con la caída de los precios internacionales, la batalla entre el gobierno nacional y las patronales del campo, puso fin al notable crecimiento del período 2002-2007. La economía del Gran Rosario cayó en 2019 un 17,3%, muy por encima de la nacional que se deprimió un 3,09%.
* A su vez, otro efecto de las políticas neoliberales de los noventa es que la región empezó a perder su diversidad industrial y entonces padece como pocas ciudades las crisis que afectan a sus ramas principales.
Empleos
* En términos generales, existen tres rubros principales en el Gran Rosario en la generación de empleo: el comercio absorbe el 60%, la industria genera el 25%, y la construcción el 14%.
* El sector comercio se divide en “Comercio, restaurantes y hoteles” (28,23%), “Transporte, almacenaje y comunicaciones” (2,86%), “Servicios financieros y a las empresas (17,87%)” y “Servicios comunales, sociales y personales” (51,64%), que refiere a servicios educacionales y de salud, además de servicios de saneamiento asistencia social, de diversión, esparcimiento.
* Según datos oficiales del segundo trimestre de 2017, así se divide el empleo en Gran Rosario: empleo estatal en Gran Rosario: 12%, Privado: 87% y otro tipo: 1%.
* Según el Informe del Observatorio Social de la UNR de finales de 2017, el 24% del empleo lo genera el sector secundario y el 73% el terciario. El sector secundario se compone principalmente de la “industria manufacturera” y de la “construcción”. El sector terciario es el más importante en cuanto a los puestos de trabajo cuenta con 15 sub-sectores. La rama de actividad de “comercio al por mayor y al por menor” representa más del 25% de los puestos laborales del sector. Le sigue “reparación de vehículos, automotores y motocicletas”, en tanto que “actividades de los hogares como empleadores de personal doméstico” dispone de menos de la mitad de la cantidad del rubro; y todavía menos “alojamiento y servicios de comidas” .
* El sector Construcción que representa aproximadamente el 15% del empleo del AGR, mostró, por ejemplo, un marcada recuperación durante todo el 2017, situándose en valores semejantes a los del I trimestre de 2015. Pero se desploma a partir de 2018, con la corrida bancaria.
* El otro gran problema es que la ciudad de Rosario, como epicentro de la región, en los 2000 fue mutando su desarrollo productivo, prevaleciendo los servicios por encima de la industria manufacturera.
* En resumen, siguiendo los número del Informe del Observatorio Social de la UNR, en los primeros dos años del macrismo hubo un repunte ligero del del empleo, fundamentalmente empujado por el comportamiento del sector comercial. También hubo una recuperación del sector de la construcción a partir del IV trimestre de 2016 . Pero no así en el sector industrial.
* La megadevaluación iniciada en abril de 2018 puso fin a cualquier índice de crecimiento. El mercado interno se contrae fuertemente, afectando los dos rubros más dinámicos en la generación de empleo en Rosario: comercio y construcción. E intensifica la caída industral producto de una apertura total de las importaciones. El aumento de los precios internacionales no compensa la caída del mercado interno ni tampoco los costos de producción de una industria que requiere de insumos importados.